“Llegué a sentir rechazo de ir al tatami”

Ser la pequeña de la familia jugó un papel fundamental en la vida de Laura Martínez, o por lo menos en su vida deportiva. Ir con su madre a recoger a su hermano a la actividad extraescolar de judo le permitió descubrir un deporte del que no se ha separado desde entonces y que le ha llevado hasta grandes escenarios, como por ejemplo los Juegos Olímpicos de París 2024.

Laura Martínez ha sido la invitada del mes de noviembre del podcast Entre la espada y el patín que presentan la patinadora Sara Hurtado y la tiradora de esgrima Teresa Díaz. En esta entrega han charlado de su fulgurante ascensión en los Juegos Olímpicos de París, que se saldó con un diploma, pero que pudo ser una medalla de bronce. El VAR de los Juegos le impidió pasar a la final y cayó ante la judoca francesa Shirine Boukli.

Sus lágrimas al caer derrotada contagiaron a muchos aficionados que descubrieron la garra de esta judoca. Esta desazón fue compensada con otro tipo de lágrimas cuando su pareja, también judoca, le pidió matrimonio en un lugar tan emblemático como la Torre Eiffiel.

“Cuando empecé a hacer judo casi todos eran niños. Llegué de casualidad porque mi hermano comenzó haciendo karate, pero como chillaban mucho le pidió a mi madre que le cambiase a otro deporte. Y se pasó a judo… En el judo no nos damos golpes. Es todo técnica y nos agarramos del judogi”, comenta. No ha sido un camino de rosas porque se quedó fuera de los Juegos de Tokio: “Tuve un momento de crisis. Estuve mucho tiempo luchando para algo que no conseguiría. Fue duro. No me apetecía ir al tatami y estuve varios meses sin ir. Yo sentí que todo el mundo me arropaba y no me veía. Llegué a sentir rechazo de ir al tatami”, añade.

Por fortuna no abandonó el judo, y tras sus primeros Juegos Olímpicos se ha convertido en una de las grandes promesas de nuestro deporte.

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