Mi sueño, era ir a los juegos olímpicos, es que eso era un sueño que yo traía desde los 11 años. A los 11 años, sentada en un sofá viendo los juegos olímpicos de Montreal, yo descubro mi gran pasión, lo que yo quería hacer en la vida, pero ni siquiera, no competía en vela, corría y a partir de allí todos los días, yo sabía que algún día yo llegaría a los a los juegos, pero fíjate la vela femenina, no estaba incluida en el programa de los juegos, con lo cual fue un camino de muchos zigzags, no de muchos bordos que decimos en el mundo de la vela, porque llegar hasta allí fue, fue largo. Mis padres la verdad es que siempre nos apoyaron en todas estas cosas que queríamos hacer y bueno, cuando empecé a navegar estaban encantados. Una cosa es el apoyo moral, físico etcétera y otra cosa es el apoyo económico, ellos no tenían la posibilidad de poder comprarme el barco que yo necesitaba para empezar a competir y al final con 14 años empecé ahorrando dinero, trabajando de canguro, limpiando coches etcétera y con ese dinero, yo me compro mi primer barco.
La verdad es que el camino hasta Barcelona 92, para mí fue un camino pues sí, de muchas piedras en el camino, muchas veces digo, pero y fue bastante duro, de hecho, mis primeros juegos olímpicos que no fueron Los Angeles 84, porque con 19 años estaba en una edad perfecta para estrenarme en unos juegos y tenía un nivel también muy alto, estaba ya entre las cinco primeras del mundo, pero no había vela femenina, con lo cual, pues no vas y ya está, lo ves por la tele y disfrutas con lo que están haciendo los regatistas chicos en Los Angeles.
Luego ya deciden incluir el 470 para Seúl 8,8, yo cambio todo en mi vida para navegar en 470, me voy a vivir a Barcelona, es un poco un cambio de vida radical, ganó la selección y me dejan en casa y hasta tal punto que yo estaba valorando si dejarlo, porque ya todo me parecía que no compensaba y en Barcelona nosotras empezamos el primer día y nos dieron un fuera de línea, que no era nuestro, pero que al final nos lo tuvimos que quedar, con lo cual, empezamos en una posición en la que nadie que había empezado unos juegos olímpicos con un descalificado el primer día, no había ganado nunca una medalla de ningún color y nosotras luego ganamos el oro.
Mi peor momento dentro del agua lo vivía en Atlanta, cuando muchas veces la gente me pregunta, ¿Alguna vez has pasado miedo en el mar, has estado, has pensado que te podías ahogar?, pues ese momento, hay más, pero el peor fue de Atlanta y claro se había metido una tormenta de estas de humedad muy importantes, en aquella época en Atlanta nuestros entrenadores no iban en sus propias lanchas, iban todos juntos, con lo cual tú no te podías coger al barco de tu entrenador para que te ayudara y eran escasos los recursos, nosotras nos quedamos sin nadie que nos ayudara, se cerró totalmente la visibilidad, volcamos intentamos des volcar varias veces, pero el barco salía volando y al final decidimos quedarnos agarradas al barco en el agua 45 minutos hasta que pasara el temporal. Sufrimos daños físicos en el barco, nosotras también sufrimos daños físicos y había momentos en que realmente lo pasamos muy mal.
La decisión de ser madre influyó en mi carrera, la normativa no estaba pensada para que las mujeres fuésemos madres, entonces el apoyo no tenía en cuenta que habías estado a lo mejor 9 meses de embarazo y otros 2 o 3 hasta que te volvías a poner en marcha, con lo cual eso sí que me afectó de cara a la preparación de Sídney, que yo acabo dejando porque al final me quedo sin beca.
Todas las deportistas de mi generación fuimos abriendo un camino que no existía anteriormente. Antes he contado que en los Ángeles 84 pues las mujeres no íbamos y de repente nos dan la oportunidad de llegar a un objetivo, pero el camino no está hecho, entonces este arrancar un camino es algo de lo que de yo me siento especialmente orgullosa, porque el camino que trazamos las deportistas de mi época, es el camino por el que ahora transitan todas estas maravillosas deportistas que tenemos en España.
El deporte femenino en España está en un momento bestial, piensa que en Londres y en Río, las chicas sacaron más medallas que los chicos, con lo cual, esto es ya un fiel reflejo de que hemos llegado a un nivel muy alto.
El cambio de tu vida deportiva a la vida de después de, yo creo que no es fácil, pero nada que sea fácil lo valoras, yo creo que valoras más el hacer cosas que te cuesten ¿No?
Yo siempre estaré enamorada del mar, siempre estaré enamorada del mar porque primero es un medio que me enamoro de niña y luego es un medio donde yo he conseguido hacer realidad mi sueño y yo creo que yo al mar nunca le puede devolver todo lo que me ha dado.
Evidentemente la fundación Ecomar, que fundé hace ya 22 años es una manera de devolverle una pequeña parte, pero todo yo creo que no llegaré nunca.
La fundación Ecomar nace con dos objetivos, acercar a las personas en España al mundo del mar, para que lo entendamos, para que se aficionen a los deportes náuticos y al mismo tiempo para aprender a cuidarlo. Al final todos cuidamos lo que amamos y cuando tú haces un deporte náutico, te enamoras del medio en el que lo estás haciendo y entonces es cuando empiezas a cuidarlo.
Sigo navegando, pero muy poco, mucho menos de lo que me gustaría, al final para mí el proyecto de Ecomar, yo muchas veces digo es como un tercer hijo para mí, le dedico muchísimo tiempo, todo mi tiempo libre se va a Ecomar, porque evidentemente hay que trabajar el proyecto Ecomar y hay que trabajar los proyectos personales de los que vivimos, con lo cual mucho tiempo para navegar no me queda.